Apple impactó al mundo financiero
cuando anunció que con el ánimo de hacer más atractivo su mercado de libros
electrónicos y música, devaluaría su sistema de crédito frente al valor de los
puntos de Amazon. La primera de dos decisiones sería que a partir de ese
momento, las tarjetas prepagadas de Amazon podrían ser registradas en iTunes o
cualquiera de las plataformas de Apple. La segunda decisión fue que por cada
punto de Amazon, Apple registraría 1.3 puntos.
Los analistas se
volvieron locos. Decenas de programas dedicaron sendos análisis a la situación.
Por un lado estaba el problema de cómo le haría Apple para recuperar el dinero
que la gente estaría pagando a Amazon por las tarjetas prepagadas. No tiene
ningún sentido, el dinero no está llegando a los bolsillos de los accionistas
de Cupertino. Sin embargo, la decisión parecía tomada. El Dow Jones reaccionó
como se esperaba, las acciones de Apple bajaron un 4% en las primeras seis
horas después del anuncio. Amazon no reportó movimientos sustanciales.
Pasaron días, casi semanas. Los
directivos de Amazon no daban ninguna noticia, nada que pudiera animar a los
mercados o siguiera a la prensa. Mucha gente lo vio como un movimiento
desesperado para aparecer en los medios de comunicación después de la noticia
de que las ventas de Samsung estaban rebasando espantosamente las del iPhone. Otros
dijeron que era la respuesta de Apple ante la compra extraña que hizo Amazon
del Wall Street Journal. Los millonarios tecnológicos se están volviendo locos,
ya no saben qué hacer con su dinero.
“Es la inauguración de las
monedas privadas” dijo Krugman en una declaración que heló la sangre a más de
uno. “Por primera vez estamos viendo corporaciones que se atreven a especular
con sus propias monedas. Starbucks no tarda en hacerlo también con sus puntos
Gold. No tardan tampoco en asignarle un valor a la paridad iTunes-dólar”.
A mí la noticia me encantó. Tenía
meses queriendo encontrar puntos de Amazon en México ¿sabían que los angelitos
solo las venden en Estados Unidos? La alternativa es meter la tarjeta de
crédito, pero eso siempre conlleva el riesgo de las compras mafiosas, o las
compras digitales, esas que hacen con el celular los dedos en el bolsillo sin
que el resto del cuerpo se entere.
Fui al Oxxo por una tarjeta de
iTunes prepagada y estaban agotadas. En el Office Depot no falló y pude
comprarme una de 500 pesos. Estuve tentado de comprar también una de Farmville
por aquello de que muy pronto también la paridad con Candy Crush se disparara
ante los temores de que la Bolsa de Valores Argentina diera la sorpresa al
final de la semana. Me contuve y guardé mi dinero.
Después de registrar la tarjeta
en mi iTunes, ahí estaba “Usted tiene 500 pesos”. Ahora la pregunta angustiante
era cuánto iba a tardar Amazon en reaccionar y aceptar los puntos de Apple en
su página. Me dispuse a esperar.
Una mañana fría de octubre, el
director de Amazon lo confirmó. Si los de Cupertino quieren jugar rudo, que
vengan a jugar. A partir de ese día, cualquier tarjeta de Apple podía
registrarse en la página de Amazon ¿La paridad? Se sigue respetando lo que los
mercados monetarios indiquen. Para ese entonces la paridad ya estaba 1.6 puntos
de Apple por cada punto de Amazon.
Maldije mi vida por haber
registrado la tarjeta en Apple. Supuse que las transferencias electrónicas
entre monedas serían aceptadas eventualmente, pero al menos en octubre no fue
así. Cuando fui al Office Depot por otra tarjeta de iTunes descubrí que ya no
había.
“Aunque me dicen que no tardan en
aceptar las tarjetas de Gandhi. Yo que usted me surtía, señor”. La empleada del Office me sonrió
maliciosamente, como si supiera algo que yo no.
El gobernador del Banco de México
sigue sin hacer declaraciones al respecto. Eso sí, qué bonito se le veía su
Giorgio Valentino que estrenó en la última junta del Comité.
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